jueves, 6 de septiembre de 2012
El pánico del vecino es negocio
Cualquier político por más poligriyo que sea, sabe que en Argentina, con leyes penales para Suecia, no hay seguridad posible. Y como hoy nadie se quiere colgar el papel de duro, así estamos y estaremos.
Pero en este estado de zozobra y de delincuencia masivo, muchos, pero muchos son los que hacen negocio con el pánico de la gente.
Sin ir más lejos, en una confitería céntrica de Lanús, donde la gente de bien comparte el espacio con holgazanes sin oficio, un conocido lobbista lanusense -que ya hubiera vendido el alma al diablo si la tuviera- junto a su socio especialista en informática y cableado, está operando y tocando todos los botones, sobre concejales, políticos de todos los partidos y otras yerbas, para hacer un negocio multimillonario, relacionado con el pánico de la gente por la ola de inseguridad.
Hoy ya un político lo subió a su facebook. Se trataría de cablear toda la superficie de Lanús, para instalar un botón antipánico por cuadra, a cargo del estado, y ese vecino-sheriff, en caso de producirse un asalto en su cuadra, y él enterarse de ello, toca el botón, que lo comunica con el 911 y listo el pollo! (Se olvidan que anoche la policía tardó media hora en acudir a la casa del jugador Leandro Diaz, que estaba siendo asaltado).
Ya está el operativo en marcha. Ya los buitres cuentan que tienen “la mitad más uno de los votos”, total “hay guita para todos”, boconea el lobbista desde su mesa de café.
La pregunta: ¿Algún día habrá cárcel para todos los que se la merecen?