por el periodista Beto Marangello
¡Cómo me gustaría tener 16 años! Pero es imposible retrotraerme 40 años para recordar cómo pensaba y razonaba entonces. No lo sé pero, si sé cómo pensaría hoy con 16 años.
Votar a los 16 años, trabajar a los 16 años, estar dentro del sistema judicial a los 16 años, vestirse a los 16 años, comer a los 16 años, tener un techo a los 16 años.
Dejen que los chicos sean chicos: El peronismo los identifica como los únicos privilegiados y estamos tan lejos de la verdad y la justicia, que inventamos una juventud violenta. Ahora y lejos
de haber realizado a nuestro pueblo como un pueblo feliz -anhelo del líder peronista y su compañera- quieren destruir la niñez a la cual hay que darle seguridad a través del trabajo de sus adultos, la comida, la vestimenta, el techo con arraigo.
El mágico lugar donde transcurre la niñez y la adolescencia, hoy nuestra realidad los muda cada dos años y los rebota de colegio en colegio, de barrio en barrio.
La pregunta es por qué matar la inocencia de que todos somos iguales y que todos tienen las mismas oportunidades.
Dejemos que los chicos sean chicos. Ya bastante daño hace la droga, la avaricia, la ambición y el egoísmo de los que todo tienen y proponen la igualdad de pensamiento.
Sé que todos estarán de acuerdo pero les ruego ya que no harán un futuro para ellos: Dejen que los chicos sean chicos.
