viernes, 14 de septiembre de 2012

Darío: te volviste a comer los mocos


Por Daniel Ledesma*

¿Cual es la acción verdadera del cobarde? ¿Cual de sus actitudes o palabras debemos tomar como auténticas?.
¿Debemos creer lo que decía hasta hace unos pocos días (horas) atrás cuando atacaba a un contrincante político de manera desmedidamente feroz?  Si es así, entonces debemos razonar que el llamado a la oposición fue un acto desesperado y/o teatralizado por miedo a las marchas de los viernes, porque parece que ahora lo asusta ver tanta gente; o podemos pensar que al fin ha aceptado que ya tiene certificado de defunción política y esta realizando “gestos” para que lo recuerden de otro modo y no como lo que ya se ha instalado en el subconsciente y conciente colectivo de Lanús.  
  Ayer nomás, “el contrincante”, ése hombre que acaba de arrojarle un salvavidas era un monstruo que azuzaba fantasmas golpistas, que caminaba las calles del distrito rodeado de
barra-bravas de Boca y reclutaba micros de Ezeiza, Quilmes, Marte y Saturno cargados de hordas desestabilizadoras anti K, funcionales a los monopolios Clarín, la Nación y todos los oligarcas anti-patria que buscan destruir el proyecto Nacional y popular de la Reina Cristina! 
Ese “monstruo” respondió al primer llamado, al “único” llamado, cuando el cobarde esperaba lo contrario; ¿y que hizo??!!; le dió una clase acelerada de lo que tiene que hacer !
A partir de ahora quizás ya no lo culpe de rodearse de matones barra-bravas, pero conociéndolo al cobarde, seguramente lo va a responsabilizar de darle una receta equivocada con muy malas intenciones para desestabilizarlo a él en lo local, a Cristina en lo Nacional, a Hugo Chávez y a Raúl Castro en lo internacional, porque el cobarde no sabe lo que es hacerse cargo, sólo sabe de patear la pelota para otro lado.
Ver como se bajo los lienzos con Scioli, después de hablar barbaridades; y luego observar como le hace un fellatio público a quién demonizó, denostó hasta el hartazgo; sólo queda decir que da vergüenza, pena verlo tan ga-ga, tan senil…
En mi barrio cuando bravuconeaban y luego se iban al mazo tan rápido como en este caso; le decíamos: ¡Cagón, te volviste a comer los mocos!
(*) Fue director general y “primer soldado” de Diaz Perez.