por el escribano Julián Segura*
En la última nota presentada por mí en este medio, referida a la reunión mantenida por nuestro primer mandatario municipal con algunos referentes de la “oposición”, me manifesté en contra de un virtual apoyo político dirigido a colaborar con una gestión tan burda, inconsistente, gastada y desinteresada como la llevada a cabo por este personaje siniestro a cargo del ejecutivo local.Luego, uno de esos opositores, el señor Néstor Grindetti, en otra nota publicada días atrás, aclaró, más que pormenorizadamente, los motivos que lo impulsaron a concurrir a esa reunión y la verdad, nobleza obliga, demostró una grandeza pocas veces vista y una claridad analítica, en términos políticos democráticos, inusual en los tiempos que corren.
Lo expuesto en esa nota, dejó en claro que aún hay cierta esperanza de futuro y que no todo
está perdido, motivo por el cual, suscribo todos y cada uno de los párrafos expresados por el ministro de Hacienda de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en los mismos términos allí esbozados y analizados.
Aclarado que fuera, puedo seguir diciendo que nuestro intendente se maneja con movimientos asustadizos y espasmódicos. Espasmos reflejos producto de ese miedo de enfrentar los problemas que día a día lo superan y lo que es peor, lo obligan a refugiarse y a aferrarse a cualquier elemento flotante que lo mantenga de pié y le permita alejarse y sortear cualquier encrucijada que pueda devenirle en cualquier momento. Y claro está, ese salvavidas de Nación ya no lo tiene, el de la provincia está conformado por adoquines, una cadena y demás elementos inconsistentes y violatorios de toda ley de flotación y ahora, lo único que le quedaba a mano, era acudir, lastimosamente, a los referentes de la oposición, que con gran sentido de responsabilidad, acudieron, sin más, a la ayuda obligada que amerita y requieren las instituciones democráticas cuando se las ve resquebrajarse por la propia incapacidad de quien debiera ser el pilar fundamental de su sostenimiento.
Pero claro está, se sacó las fotos protocolares de rigor, usó, como lo hace habitualmente y en su propio beneficio a los referentes políticos, forzó una coyuntura y todo eso le otorgó unos días de respiro y tranquilidad; la marcha vecinal del viernes último fue menos significativa que las anteriores y todo ellos le generó unos quince días más de paz. Para un intendente que parece tener los días contados, quince días son quince días. Se comprometió a efectuar nuevas reuniones para que todos aporten lo que crean en concepto de proyecto o planes contra la inseguridad pero no, nada de eso, todo sigue igual.
La Comisión de Seguridad de HCD, se reúne a veces, otros días no por falta de quorum, sin una solución hasta la fecha, los temas a tratar evidentemente siguen los mismos tiempos que los demás expedientes burocráticos, “sin prisa pero sin pausa”, hoy tratamos el tapado de cuatro baches en la calle Tucumán, mañana vemos sobre los 9 vecinos muertos por delincuentes y en similares circunstancias. Y por todo esto, para finalizar, me pregunto: Intendente, funcionarios, concejales: ¿que parte de todo esto no entienden?.
(*) Ex director de Gobierno