por Lisandro Martinez*
lisandromartinez47@yahoo.com.arSe han llevado a cabo 16 audiencias desde que se inició el juicio, hace 38 días, sobre los responsables de la emboscada donde asesinaron a Mariano Ferreyra.
El resumen abruma por las toneladas de pruebas y la identificación de patotas, de lo que surge el diseño de un plan criminal cuyos responsables son Pedraza y Fernández, quienes instigaron todo el tiempo para que la lección (ultimar) a tercerizados obrara como disciplinador para que nadie nunca pusiera en riesgo el enorme negocio de la malversación de subsidios y el robo del 60% del salario a tercerizados. Esto la UF lo compartía con UGOFE, funcionarios del Ministerio de Planificación, de la Secretaría de Transporte y estaba
amparado por el MTSS y el INAES.
Un dato central es el mutismo de los responsables materiales, quienes se han negado a declarar. De allí que los grandes estudios que los defienden con 30 abogados se dediquen a acosar a los testigos presenciales que fueron víctimas, intentando convertirlos mediante chicanas en victimarios. Los grandes estudios que cobran fortunas por cada audiencia no tienen ni la razón ni la verdad y a la hora de actuar actúan como sacapresos.
Los testimonios de los compañeros de Mariano son irreprochables y los sacapresos no pueden entrarle de ninguna forma. A Favale lo han reconocido 14 testigos, a Sánchez otros tantos. El testimonio de los primeros testigos encubiertos (que formaron parte de la patota) ha clarificado que los directivos de la UF fueron quienes ordenaron las acciones, que la presencia en las vías fue decisión de los directivos y que las órdenes de bajar de las vías, correr a los manifestantes y tirar a matar fueron decididas con el teléfono.
Un dato sobre la Policía Federal Comisaría 30, la División Roca y la Policía Bonaerense es su participación necesaria e indispensable para cometer la emboscada. “El comisario Vitali lo apuró a Pablo Díaz diciéndole si van a hacer algo háganlo ahora que tienen la zona liberada”. (declaración de un ferroviario de los Talleres de Remedios de Escalada presente en el lugar).
El 20 de octubre de 2010 a las 11:40 el subcomisario Walter Romero de la comisaría 1ª de Varela, en el centro de Varela, detiene a un Renault 19 patente SGF 660 que lleva a 9 personajes a bordo. Uno de ellos llama a Favale quien se comunica al teléfono de Romero diciéndole: “Los pibes van a un acto político dejalos pasar”. Romero le recuerda que los pasajeros permitidos por auto son 5. Favale va al lugar con otro vehículo, divide la carga y todos van a Barracas, “a matar a piqueteros mugrientos”.
Favale tiene los teléfonos personales del subcomisario Romero y del comisario de la 1ª de Varela, Héctor González.
El 11/9 declaró González en el juicio y señaló que conoce a Favale por ser uno de los referentes de la barrabrava de Defensa y Justica. Por lo tanto arreglaban cuando la barrabrava se desplazaba y era “custodiada” por la policía. El trato es tan deferencial que cuando González tuvo la orden de arrestar a Favale, al poco rato éste lo llamó a su teléfono.
En la audiencia le preguntaron qué le dijo Favale y respondió: “No me acuerdo”; el tribunal ordenó que se leyera el diálogo telefónico que había sido capturado por las escuchas telefónicas:
-González dice: “Te están buscando por el problema ese de capital. Para mí, te tenés que entregar. Voy yo o va Romero” (subcomisario).
-Favale responde: “Ellos no quieren caer en cana, me quieren engarronar a mí. Primero tengo que arreglar los beneficios míos”. Favale comenta que está oculto en Chascomús. “Es al pedo que te diga que no si yo estuve, yo estuve ahí, pero el que tiró es el que está escrachado en primer plano (se refiere a Sánchez)”, siguió Favale. “Ellos (los de la UF) me quieren poner un abogado, pero yo digo vamos todos, yo empiezo a contar la plata que me dan y se quieren matar”.
-Favale: “Hasta que no tenga las garantías de que no voy a caer en cana yo no me voy a engarronar, me voy a hacer llevar por vos a un canal y voy a decir todo lo que sé de esos que tienen plata y son grosos, hay políticos. Hay mucha gente arriba de esto”.
El diálogo delata un conocimiento íntimo entre las fuerzas del orden y las del desorden.
La frutilla del postre es que se cayó la demagogia ramplona sobre que la primera pista para detener a Favale la diera el gobierno de Néstor y Cristina: se supo que el testigo presidencial iba armado y a la cabeza de la patota.
Consta en las fojas de la causa que una llamada “anónima” dictada por Pablo Díaz se efectuó a las 17:51 del propio 20/10/10 y dio una pista acusando al descartable Favale.
Recién el 21/10/10 Alejandro Benítez -relacionado con el Intendente de Quilmes, el ex “combativo” Barba Gutiérrez- fue presentado en la fiscalía por el ministro de Justicia Julio Alack, como testigo presente en el grupo de choque de la UF.
Alberto Esteche, un obrero que estaba circunstancialmente ese 20 de octubre en el teatro de operaciones montado por la patota y la policía, brindó un testimonio valiente identificando a Alejandro Benítez como uno de los que encabezaban la patota. El testigo recordó que a Benítez lo vio sacar un arma. Luego remató con una denuncia contra la policía a quien le entregó tres o cuatro plomos deformados que encontró a metros de Mariano a quien vio agonizar”, “pero esos plomos nunca fueron agregados a la causa por el personal policial, no figuran como prueba”.
Una conclusión que se desprende del juicio es la necesidad de la perpetua para el listado de quienes armaron la encerrona criminal.
La inseguridad pública que nos acogota -y en este juicio está presente- no se resuelve con más policía en las calles. Se hace imperioso que los vecinos controlen los libros de entrada y salida de las comisarías, porque allí se cocina cualquier cosa y a toda hora, es el ámbito de los aprietes para probos e ímprobos para que trabajen para “la Gorra”. Hay que destituir a las cúpulas policiales, conformar una fuerza ciudadana de seguridad bajo control de los organismos sociales de DDHH y con control ciudadano.
Perpetua para Pedraza, los patoteros, los planificadores y los malversadores de subsidios.
(*) Miembro del Partido Obrero