“ Los miercoles compro mercaderías en Coto, sucursal Remedios de Escalada, por el descuento que hacen. Hace más de un mes, me precedió en la caja un jóven, con ropa de trabajo, comprando dos empanadas y otro producto manufacturado en el comercio. Luego de pagar, notó que los productos estaban “verdes”, en estado de descomposición. Sin mucho vocabulario, en voz baja, pedía que le devolvieran el importe de la compra, a lo que la cajera le manifestaba que solo le podía dar una órden de crédito. Por supuesto que me ofrecí a viva voz a salir como testigo del mal estado de la comida y traté que
hiciera la denuncia. La cajera, rápida de reflejos le dijo a la supervisora que le diera la devolución en efectivo, cosa que así sucedió, retirándose el muchacho a su trabajo”.
“El miércoles pasado, nuevamente, en la caja contigua a la que me encontraba para pagar, la cajera toma para pasar por la lectora de precios, un pollo embalado en una bandeja, y con buen olfato, le dijo al cliente: -Está en mal estado. Otro cliente que estaba más atrás en la cola le pidió si le revisaba su pollo, con el mismo resultado. Casualidad o no, ambos estaban olorientos. Otra vez lo insté a éste otro joven a accionar contra el Supermercado Coto, pero también se negó. Por el lado de la gente digo: NO se queje si no se queja y por el lado del Municipio de Lanús, da toda la sensación de que el área de Salud pública está mirando para el lado equivocado o se están rascando demasiado las partes íntimas”.