viernes, 17 de agosto de 2012

Schiavone: ¿un concejal bajo chantaje?


El concejal Jorge Schiavone le cuenta a quien quiera escucharlo de su miedo a que lo expulsen del Concejo Deliberante de Lanús. Esa supuesta amenaza de expulsión del cuerpo, “pendiendo” sobre su cabeza, lo “obligaría” al presidente del bloque Pro a actuar atenuadamente en su papel de opositor.
Eso es chantaje -o extorsión- liso y llano.
  En ese sentido, así les replicaría a los militantes macristas, principalmente provenientes del peronismo que le están diciendo más o menos así: “¿Con todas las publicaciones que ha hecho La Defensa, sobre negociados en la municipalidad, nuestros dos concejales -para no hablar del resto- no han pensado en investigar o denunciar penalmente para que se investiguen semejantes horrores?”
 Estos conceptos, se lo han señalado a La Defensa por lo menos

 tres altos dirigentes de la mencionada vertiente, y hasta una prominente figura del macrismo ha calificado de “tibia” la posición opositora de Schiavone y de Susana Arce -está última ni siquiera amenazada de expulsión.
  “Se lo pasan en Lanús haciendo proyectos de pistas de skate y de noviazgos responsables, y hasta agradeciendo al intendente porque destapa un desagüe, mientras que si a Macri le denunciaran los negociados que La Defensa le denuncia a Darío, ya lo hubieran metido preso”, patentiza un properonsita.  
Ahora bien, volviendo a la “amenaza de expulsión” que pende sobre Schiavone: Esto proviene de la famosa foto en la que cuando visitaron la villa Sapito en la campaña electoral pasada se sacaron Nestor Grindetti y Schiavone con Diego Goncebate, ex jefe de la barrabrava de Lanús.
 La foto fue distribuida a los medios -La Defensa incluida- por los “armadores de relatos”. Al tiempo llegó al concejo un pedido de expulsión que le hicieron firmar a un vecino y encima del cual se montó primero el edil todoterreno Gabriel Di Masi, y luego agitó su colega en los dos rubros -concejal y todoterreno- Carlos Barbagallo.
  Esta “expulsión”, es una estupidez más grande que una casa, porque ¿quien puede meter en un tamiz a los que se fotografían con candidatos caminando en campaña? Así lo patentizó el edil Salvador Baratta cuando por radio dijo sobre Di Masi y su bloque Udeso: “Hoy me vinieron a proponer: -Si te votamos esto (era una interpelación al intendente) ¿vos nos votás que venga Grindetti  a dar explicaciones por el barrabrava? Todos sabemos que en la apertura de las sesiones el intendente vino acompañado del gordo Humberto, que fue jefe de la barra de Lanús; qué vengan los dos, entonces!”
Para echar a un concejal del cuerpo, se necesitan dos tercios de los votos. ¿Quien se imagina a los tres concejales del FAP, o los 3 de la Juandomingo, o a los dos ediles radicales, y a los dos del mismo Pro, sumandose a semejante comparsa? ¿Y en el oficialismo, cuántos votarían algo que aparte de ridículo puede tener un efecto bumeran? 
¿Cómo juntan entonces 16 votos? 
¿Y de última, un político puede estar tan atornillado a su cargo como para aceptar un 
-estúpido- chantaje que le condiciona su actuación?
  Es más: ¿Nunca se le ocurrió a Schiavone denunciar tal delito, el de extorsión, al que le dice a todo el mundo que está sometido?
¿Entonces, no será que como dice un conspicuo properonista: “A Schiavone le viene bien hacerse el amenazado para hacer la plancha o porque le queda grande ser lider opositor o porque tiene compromisos con Darío”?