lunes, 20 de agosto de 2012

Nacionales y populares venían a superar a Manolo y resultaron menemistas


Por Lisandro Martinez*

lisandromartinez47@yahoo.com.ar

 Las políticas del llamado Consenso de Washington, luego de la Guerra de Malvinas y la caída de la dictadura, fueron admitidas e incorporadas por los partidos políticos mayoritarios que representan al capital en la Argentina y que son conocidos -increíblemente- como del sistema democrático. 

El sometimiento nacional a las privatizaciones y “la modernización” arrasaron con los sistemas estatales de seguridad social (salud, educación, vivienda). Las relaciones laborales fueron violentadas eliminándose históricas conquistas obreras con luz verde de los

dirigentes sindicales, que funcionan como rueda de auxilio de la patronal. Así se instalaron “reformas laborales” que alimentaron precarización laboral, tercerización y el pago del salario en negro, sin obras sociales, vacaciones, aguinaldo ni protección sindical. 

Este cuadro de violencia contra los trabajadores -aunque algunos dicen que la gente no reacciona- tuvo levantamientos populares que hicieron que los gobiernos o terminaran abruptamente sus mandatos (Alfonsín, De la Rúa, Duhalde) o enterraran su continuidad política (Menem y el cultralcazo, Duhalde y los piqueteros, De La Rúa y el argentinazo).

En las últimas tres décadas las enormes carencias sociales impulsadas por los planes rectores imperialistas, de los cuales Menem fue estrella, transitaron en los municipios de la mano de la malversación del presupuesto comunal, usufructuado integralmente en provecho de la llamada actividad privada. En Lanús Covellia se lleva el 40% del presupuesto mientras el municipio subsidia a los privatizadores y más aún a empresarios contaminadores. Los millones dedicados a la concesión para recoger residuos alcanzan y sobran para que la Comuna preste ese servicio con un buen equipamiento propio, sin bajar los salarios. 

En todo el GBA los municipios son el principal empleador. El de Lanús (no hay registros) debe estar empleando a más de 5000 trabajadores con salarios de hambre, con una parte en negro y condiciones laborales del Medioevo, como en el Corralón donde se descargan camiones cisternas en un pozo a cielo abierto y los fluidos contaminantes que allí se vuelcan hacen que el agua hierva y burbujee. 

En el “Palacio” municipal se trabaja con tantas anomalías que una inspección del Ministerio de Trabajo clausuraría sectores enteros. Allí los trabajadores están apiñados y expuestos a condiciones infamantes, sin baño, con mobiliario y herramientas de trabajo obsoletas. Un clásico del ultraje a que se somete a los empleados son los baños que no funcionan y para utilizar ese servicio hay que salir del edificio, cruzar la avenida Hipólito Yrigoyen e ir a la Estación de Servicio. El abandono del propio lugar donde concurren habitualmente “los cerebros” que dirigen, señala que ellos mismos se consideran aves de paso, sin raíz ni proyección de futuro que brindar al pueblo de Lanús.

Una vuelta por el Corralón de los inspectores del trabajo mostraría marañas de cables que cuelgan por todos lados, una escenografía tipo Cromagnon que expone al trabajador a accidentes laborales graves. Allí hay oficinas donde cuando llueve se trabaja a paraguas abiertos. 

¿No califica el caos y el abandono al Ejecutivo y sus colaboradores?

La dirección política municipal, del Ejecutivo para abajo, adhiere y trabaja por la tercerización y privatización de los servicios municipales; su finalidad es acabar con el trabajo estable. Por eso sin ordenarle trabajo alguno tienen a docenas de empleados esperando la llegada de una camada de estudiantes de la UNLA que se incorporarían como pasantes, con salarios aun más bajos reemplazando a trabajadores de planta.

Los funcionarios sólo persiguen negocios con los proveedores, estas ataduras los incapacitan para dar una salida y junto a los municipales establecer un plan de trabajo a favor de resolver las necesidades populares y del hábitat, abordando primero los problemas vitales de los trabajadores, llevando el salario inicial al valor de la canasta familiar, acabando con los contratos basura, incorporando a planta a becarios, pasantes, Argentina Trabaja y a todos los precarizados que cumplen una función. 

Establecer con la opinión y el voto de los trabajadores la carrera municipal, para sanear las relaciones laborales y terminar con  la manipulación mafiosa de la cadena de favores, es civilizatorio. La convocatoria a participar por concursos de oposición para ingresar a la categoría superior del convenio debe ser pública para todos los trabajadores municipales. Esto será una señal superadora del manoseo y la arbitrariedad de los punteros. Es una apuesta a la revalorización del trabajo, del individuo y de sus DDHH. Así se estimula al trabajador, se lo invita a adquirir conocimientos que se volcarán a favor y en beneficio del vecindario.

Para un municipio la fábrica de asfalto es una herramienta barata y fundamental de reparaciones en la vía pública, donde la mano de obra se califica por su eficacia. Pero el Ejecutivo, continuando su política privatizadora de los servicios que pasan a ser un negocio en sí mismo, ha paralizado la planta de asfalto que funcionaba en el Corralón y los obreros que trabajaban allí han sido disgregados no dándoles tareas y ya ni asisten a sus lugares de trabajo. 

El Ejecutivo -como Menem- apuesta a la postración nacional frente a los capitales privados y por ese motivo está pergeñando para fabricar asfalto una empresa mixta (entre el municipio y un socio privado) donde el Estado asume todos los riesgos y el privado se lleva la ganancia. 

La misma orientación ya la han aplicado con el sistema de salud municipal, donde no ha habido incorporación de tecnología ni mejoras edilicias por lo tanto no hay ninguna revalorización social del hospital público a pesar que un significativo porcentaje de la población se encuentra sin cobertura en salud.

Si los trabajadores abren y auditan los libros contables de los tercerizadores de los servicios y del municipio, el pueblo verificaría que las empresas se constituyeron sobrefacturando y se equiparon a costa de las finanzas municipales.

Desmantelemos los negociados de los capitalistas defendiendo los intereses de los trabajadores y vecinos.
                        (*) Militantes del PO