Los investigadores del crimen de Nélida Albina Casagerone (71), la jubilada y empleada gremial que apareció calcinada en un basural de la localidad bonaerense de Lanús, intentan identificar a tres sospechosos que fueron vistos iniciando el fuego donde fue hallado el cadáver. “Declararon vecinos del terreno donde aparecieron los restos de Casagerone, haber visto al menos tres personas iniciar el fuego en ese baldío alrededor de las 22:00 del lunes, es decir, la noche previa al hallazgo”, dijo a Télam un vocero judicial.
Sucede que a los testigos no les llamó la atención el fuego, ya que es un basural que se suele incinerar de manera periódica, sino que
se trataba de “desconocidos para el barrio” y que algunos de ellos se movilizaban en bicicleta. Los testigos también dijeron que el incendio continuó por lo menos hasta las 5:00 del martes, día en el que pocas horas después fueron hallados los restos humanos. Por esto le ordenaron a la comisaría 2ª y a la DDI de Lomas de Zamora, que realicen tareas de inteligencia para identificar a esos sospechosos.
Castagerone, que vivía en Barracas y trabajaba en el Sindicato Argentino de Obreros Navales y Servicios de la Industria Naval de la República Argentina (SAONSINRA), en Juan de Dios Filiberto 914, casi esquina Brandsen, a metros de la cancha de Boca Juniors, tenía familiares en Lanús y se supone que alguno de ellos vive cerca del basural donde encontraron el cadáver, en Marini y Bouchard.
La principal hipótesis es que aquel lunes Casagerone nunca llegó a su casa, ubicada a pocas cuadras del sindicato, y se intenta determinar si fue capturada por quien o quienes luego la asesinaron, o si voluntariamente se dirigió a algún sitio o tenía programado un encuentro con alguien.
Los pesquisas comenzaron a investigar tanto el entorno familiar como laboral de Casagerone y sus actividades para intentar encontrar algún sospechoso o móvil por el que haya podido ser asesinada.
Ayer, los forenses que hicieron la autopsia no pudieron establecer la causa de la muerte por los pocos restos que quedaron del cadáver sin calcinar: parte del cráneo y las piernas.
Sin embargo, determinaron que la mujer podría haber sido calcinada aún con vida y que no fue descuartizada como sospechó en un principio la policía, sino que las extremidades estaban desprendidas del cuerpo por el calor del fuego y por animales depredadores.