miércoles, 11 de julio de 2012

¿Usará como De La Rúa el helicóptero para fugarse?


Por Julián Segura*

Cuando quien escribe trataba de alertar a los vecinos de Lanús sobre las limitaciones de nuestro “virtual” intendente para ocupar el cargo que aparentemente ocupa, muchos opinaban que se trataba de comentarios políticos malintencionados dirigidos a detractar su persona a cambio de algún rédito político partidario. Otros, leían con frialdad y desinterés los artículos como una historieta repetida y de poca importancia para la vida cotidiana de la ciudad. Hoy, en voz alta o susurrando, todos coinciden que la torpeza y la incapacidad nos ha puesto en una situación absolutamente desfavorable con relación a cualquier otros municipio de la nación.
  En términos netamente “metafóricos”, nuestro intendente goza, a partir del día 6 de julio último, de un “arresto 

domiciliario”. Si, leyó bien y paso a explicar la idea:  Si hasta la fecha indicada, el intendente no podía caminar ni unos metros por su propio distrito y a partir del día indicado no podrá caminar por la Casa de Gobierno Nacional, pues la presidenta se lo prohibirá, ni por la ciudad de La Plata, pues Scioli lo está buscando para aclarar ciertos puntos, ni por el resto de la república dado que todo ciudadano y habitante se le burlará en la cara, solo le queda auto encarcelarse en su domicilio. Patético. Patético pero visionario y digo esto pues “nobleza obliga”. Previendo, por conocerse mejor que nadie, que algún día el pueblo lo descubriría en su verdadero “yo”, y como todo estadista siempre está unos metros adelantado al resto, alquiló el “helicóptero”, aparatejo vetusto que le permitirá desplazarse cómodamente sin toparse con ningún fastidioso llamado vecino, ciudadano o habitante del país.
Y, como es común en este artesano de la pluma, me pregunto: ¿Qué hicimos mal para tener que soportar a este personaje? ¿Qué pasará con nuestra ciudad a partir de la soledad, indiferencia, apatía y escarmiento del cual será objeto nuestro primer mandatario? Sólo espero que el gobierno nacional y el provincial sepan distinguir entre un intendente incapaz y un pueblo que lo sufre y que sigue necesitando de ellos ahora más que nunca, pues ellos mismos se han dado cuenta que estamos a la deriva. Nuestro caso es la excepción a la regla, cuando dice: ¡Los pueblos tienen el gobierno que se merecen! Señores, nosotros no hicimos nada malo como para merecer a este individuo. Sólo lo votó el 30 % de los vecinos con derecho a voto, el otro 70 % y el resto de los vecinos que no votaron, no lo queremos y seguramente estamos hablando de casi un 90% del pueblo. Intendente: ante estos números indubitados, recapacite. Tómese su tiempo pero “recapacite”.   


                            (*) Ex candidato a concejal por el NEP.