jueves, 19 de julio de 2012

¿Qué más necesita para irse?


Por escribano Julián Segura*


A días ya, de la convulsión nacional surgida a partir de las sandeces irresponsables excretadas verborrágica e irresponsablemente por nuestro intendente municipal, que puso en real riesgo de desestabilización ni más ni menos que a los dos funcionarios y primeros mandatarios más importantes de la Argentina, en una situación de inestabilidad política, resquebrajando una relación que si bien no era la más sublime y encarnada de los últimos tiempos, pero que ambos con inteligencia y capacidad política iban llevando sobre ruedas,
ovaladas, pero ruedas al fin, siguen los coletazos y se percibe, con gran nitidez, que nuestro distrito se ha ubicado, por su lenguaraz y versátil personalidad, en el último eslabón de un interminable concierto de distritos nacionales.- Escalofriante pero real. Ya se han efectuado reuniones a nivel nacional y nuestro primer mandatario no ha sido invitado.
  Estamos solos, sin ayuda de ningún sector y para colmo, con un intendente que no sabe gestionar ni utilizar los fondos públicos en forma debida. Millones de pesos ha recibido de ambos gobiernos y Lanús se encuentra como “…si las furias de Orestes hubieran pasado sobre Egisto…”.
  Inseguridad total, destrozos de calles y veredas como nunca, limpieza abolida, barrenderos secuestrados, habilitaciones comerciales ilegales, alquiler de un patrullero aéreo innecesario y sin ninguna utilidad efectiva, recolección de residuos limitada a lo básico, miles de pesos cobrados a los vecinos en concepto de seguridad ciudadana y los móviles no se ven en funcionamiento por falta de recursos humanos y presupuesto para su mantenimiento, plazas que dan vergüenza por su estado y ocupación, verdulerías clandestinas ocupando ilegalmente las veredas y calles de las mejores esquinas de los centros comerciales, seguramente abonando alquileres impropios a algún funcionario corrupto e inescrupuloso, y todo esto y más, sumado a que nuestro intendente, nuestro “amigo político”, como lo denominara quien escribe en alguna nota anterior,  no puede caminar ni un metro por su ciudad, por su distrito pues los vecinos lo insultan, lo abuchean, lo silban, lo injurian, me pregunto: ¿Qué más necesita para irse?
  No olvide que sólo los “grandes hombres toman grandes decisiones”. No todos servimos para todo, pero si, todos servimos para algo. Hace poco usted me dijo que como odontólogo era muy bueno. Que sus intervenciones duraban hasta los 100 años. Intendente, siga en eso si es que es tan bueno, pues, en definitiva, solo puede hacerle mal a uno o pocos pacientes, en tanto que como intendente le está truncando la vida a casi 600.000 habitantes de Lanús.
   Finalmente, sólo quiero expresar algunos conceptos y opiniones dirigidos desde distintos estadios sociológicos, a saber:
  1) Al intendente municipal: Basta, se terminó, váyase y deje que su sucesor natural continúe con la gestión o más bien la comience. Deje que genere una real comunión entre los políticos más capaces del distrito, sean oficialistas u opositores, del mismo partido u otros y que entre todos podamos encaminar este desaguisado que usted con su supina incapacidad a generado;
  2) Al político: Su verborrágica excreción no se tapa ni con siete ponchos. Los errores y máxime de este calibre, no son gratuitos. Usted rompió con todos los códigos y principios básicos de la política, hágase cargo, váyase, renuncie, es mejor para todos, siga participando.
  3) Por último, al amigo: Darío: No todo es amiguismo, no todo es política, no todo es impunidad, no todo son contubernios convenientes para proyectarme, en este caso “eyectarse”, hay responsabilidades, hay obligaciones, hay vecinos que sufren, que necesitan, que tienen hambre, frío, enfermedades, inseguridades de todo tipo, que necesitan contención real, apolítica, de gestión humana, de sensibilidad, humildes económicamente y millonarios en esperanzas y credibilidad sobre su gestión que, por cierto, ha defraudado, tal vez no concientemente pero si efectivamente, que es lo que importa. En toda gestión hay aciertos y errores pero cuando el papel de diario no alcanza para tapar las macanas realizadas, nacen los tiempos de reflexión, de análisis interior, de mirarse al espejo y reflexionar sobre que se está haciendo. Si luego de esa exploración intestina aflora el hombre íntegro y tomara la decisión correcta, será recordado como el intendente que quiso y no pudo, de otro modo, que Dios lo ayude y nos ayude durante estos tres años y seis meses que no quedan de su presencia al frente del ejecutivo municipal. Esto, es solo mi humilde opinión.
                             (*) Fue candidato a concejal del NEP en 2010