lunes, 2 de julio de 2012

Érica Soriano: otra desaparecida de la democracia


Por Lisandro Martinez *
lisandromartinez47@yahoo.com.ar


El 20/8/2010 Érica tuvo una discusión con Daniel Lagostena con quien estaba de novia desde enero y desde abril convivían en Cnel. Santiago al 1400 de Lanús. Ella estaba embarazada y esa noche se la tragó “la Casa Lagostena”. Por el análisis de llamadas se sabe que entre las 23,45 y las 24 hs. de ese viernes DL intercambió seis mensajes de texto con Brian Poublan, su sobrino y un celular del círculo familiar de DL lo llamó desde Costanera Sur y habló durante 55’.


 El sábado siguiente la pareja tenía que ir a Villa Adelina a ver a la familia de Érica y nunca llegó. DL argumentó que discutieron en la mañana y ella se fue a las 9 hs. sin cartera ni celular. 



Verónica su hermana dijo “La historia de amor entre Daniel y Érica comenzó en noviembre de 2009 cuando ella se presentó en un canal de TV. Érica quería estar en la tribuna de un programa y el seleccionador de gente era Daniel”. (Diario La Unión 4/10/2010). 


Esto desmiente que DL nunca trabajó, a Érica la conoció siendo él parte del equipo de producción de un programa de TV con público femenino, ámbito ideal para “enganchar” chicas con la mejor o peor intención. Esta ocupación de DL como seleccionador de “pibas” nunca fue investigada por la justicia y es clave ya que efectivamente nunca necesitó trabajar ya que es mantenido por su padre Héctor Lagostena, empresario muy conocido de la zona que entre otros negocios explota aún la funeraria “La Paz”.


“La Paz” está ubicada en terrenos donde hubo una estación de servicio y bajo tierra aún están los tanques de almacenamiento de combustible, señalan los memoriosos vecinos subrayando que allí se podría ocultar cualquier cosa. 


La justicia conoce desde hace 20 años a la familia Lagostena; en la década del ‘90 una ex novia denunció a DL por haberle secuestrado el hijo que tienen en común. La justicia, dicen, encontró al niño durante un allanamiento a la casa de Héctor Lagostena donde lo mantenían escondido.


Las mujeres de DL ya habían dejado testimonio en la justicia y lo reafirmaron ahora en la causa 00-046447-10 sustanciada en la UFI Nº7 de Lomas de Zamora, “la declaración prestada por Gimena Acosta -convivió desde el 2001 al 2007-, refiere que DL era muy celoso, que revisaba sus mail y si llegaba 10’ tarde era un problema entre ellos” (fs. 251). 


“Alejandra Tomkiewicz quien convivió 8 años con él, abundó sobre obsesiones de DL con sus parejas: control de horarios y ante cualquier duda maltratos y golpes. Si sospechaba algo pegaba sin medir sus fuerzas. Varias veces quedó desmayada incluso en la vía pública. En la noche la destapaba y le tiraba baldes de agua fría” (fs. 731 y 1213).


María Chiesa manifiesta haber mantenido una relación con DL y a los 7 meses quedar embarazada. Él le pidió que no tuviera el bebé. En dos oportunidades le pegó, y en una de las ocasiones le provocó una herida cortante en la nuca. (fs. 733). 


DL es un golpeador serial al cual la justicia ha dejado hacer pero no actuó solo en la desaparición de Érica y se supone fue asesorado por expertos en comunicaciones o de los servicios de seguridad: 1) dejó su celular prendido sin volumen en el techo de un kiosco de diarios cerca de su casa para engañar el rastreo por señal y fugarse durante varios días. 2) con su sobrino, la noche de la desaparición de Érica, alteraron horarios de los celulares para evitar las pruebas que se acumulan en la memoria telefónica. Esto indica un ramillete de complicidades que encubrieron su accionar y lo coloca como miembro de una organización. Hay que tener en cuenta como operó un entorno de contención sobre el caso para que no alcanzara a otros responsables. El entorno oficial y mafioso empantanó todo. 


A una semana de la desaparición “el jefe distrital de Lanús, Edgardo García, decía: 1) “se buscó en los hospitales pero sin resultado positivo”. 2) “El hecho está caratulado como averiguación de paradero y no hay nada que nos indique algo distinto”. 3) “Desde la familia denunciaron que el hombre es un tanto obsesivo. Por eso habrá una pericia psiquiátrica por las dudas”, citó otra fuente policial. 4) “La primera hipótesis de la policía fue que se retiró de su domicilio por motus propio” (Diario Uno de Santa Fe 28/8/2010).
Pasados 45 días de la desaparición el aparato de seguridad y justicia seguía con la misma pachorra con que se abandonó a la familia Pomar. 
Con todos los medios a su disposición el Estado tardó semanas en registrar los hospitales. El poder político operó en consonancia, Díaz Pérez permitió que la familia saliera a la cancha de Lanús en el entretiempo para mostrar una bandera. El Consejo Deliberante no opinó.
  Para que la porquería no desbordara y mostrara las articulaciones mafiosas en la desaparición, se intentó cerrar todo sobre DL. Para empantanar el caso durante 1 año, a la familia de Érica le encajaron al perito trucho Roberto Jorge Locles -Capitán (R)-. Las declaraciones de este sujeto lo pintan de cuerpo entero “Quizás fue obligada a abortar. Nosotros los que estamos en criminalística sabemos que no son muchas las mujeres que se salvan tras esa práctica” (www.26noticias.com.ar 21/12/2010)
Locles responde a corporaciones mafiosas, actuó en el caso Mariano Ferreyra en nombre de Pedraza tratando de destruir a golpes la bala que mató a Ferreyra; el 28/2/11 el Juez  Baños imputó a Locles por “destrucción de pruebas”. Durante 13 años la justicia le ha permitido a Locles desempeñarse como perito sin serlo, así intervino en las causas Carlitos Menem, Amia, etc. Por resolución de la Corte Suprema de Justicia del 15/12/98 Locles es un trucho. Su récord es no sólo haber actuado sin habilitación sino que, encomendado por “la cofradía del gatillo alegre”, logró que 50 policías de PBA procesados por homicidio y gatillo fácil, eludieran sentencias de prisión gracias a sus pericias “truchas”.
El sospechado Cementerio de Lanús (bajo la dirección de Griselda Regueira, FpV y ex JPRA en los ‘70) y el crematorio privado que funciona en el predio fueron allanados dos meses después de la desaparición, esto completa un círculo que chorrea impunidad.
Para los que queremos saber ¿dónde está y qué pasó con Érica?, vuelve a estar justificada la treintañal consigna: Aparición con vida y castigo a los culpables.
   (*) Dirigente del Partido Obrero