martes, 10 de julio de 2012

El Pepe Sand y su "amor" por el Grana


por Marcelo Calvente

   


Con el título: Uun gesto de decencia, el colega Néstor Daniel Bova en su indispensable libro “96 años de fútbol granate”, encabeza un pequeño recuadro al pie de la página 232 el texto que sigue: "En medio de la mala campaña, los directivos reciben una buena noticia: El jugador Néstor Juan Canevari les pide rescindir su contrato, argumentando que a pesar del esfuerzo realizado no estaba rindiendo conforme lo esperado, queriendo mostrarle esta forma su agradecimiento a quienes tan bien lo habían tratado, y
demostrar que no era su intención aprovecharse del contrato para ganar dinero sin poder dar cumplimiento con lo prometido".  Canevari, de cuyo fugaz paso por Lanús sólo pasará a la historia el gesto que Bova rescata en su libro, jugó 5 partidos con la granate en el torneo de Primera “B” de 1973 antes de su renunciamiento 39 años después, el Pepe Sand, el goleador del equipo Campeón 2007, el  que tenía todo para ser el máximo ídolo granate, desprecia ese sitial con una actitud que pinta su verdadera personalidad de cuerpo entero.
Al llegar a Lanús, con 27 años cumplidos y habiendo vestido 7 camisetas con suerte dispar, la carrera de José Sand transitaba por el sendero sinuoso de la irregularidad, con algunas campañas mejores que otras, pero sin poder romper el cerco de la mediocridad. Fue al formar parte de aquel inolvidable equipo de Ramón Cabrero, con Valeri, Blanco y Acosta como lugartenientes, con el que logró ser campeón, clasificar a dos Copas Libertadores y consagrarse dos veces consecutivas goleador del fútbol argentino. Dos años después de su llegada,  en junio de 2009,  luego de disputar 67 partidos y convirtir 50 goles, Lanús lo transfirió al Al-Ain de Arabia Saudita a cambio de 10 millones de dólares. A pesar de haber convertido la notable marca de 59 goles en 63 cotejos disputados, Sand perdió la titularidad en la primera mitad de 2010. Allí se produjo su primer acercamiento a la dirigencia de Lanús, durante unas vacaciones en las que regresó con su esposa: Mientras se reunía con los dirigentes para tratar de arreglar su contrato por una cifra millonaria, declaraba en todos los medios que su intención era jugar en Lanús y que su esposa,  que por entonces estaba embarazada, diera a luz en la Argentina, cosa que la misma señora se encargaba de transmitirle a los hinchas granates con palabras cargadas de emotividad por medio de las redes sociales, generando una presión a favor de su vuelta que caía como una enorme piedra sobre los dirigentes encargados de defender los intereses de la institución. En eso, llegó una oferta mejor de La Coruña y toda la novela se desvaneció.
Los números hablan por si mismos sobre el paso del Pepe Sand por el equipo gallego: Al cabo de doce meses, jugó 5 partidos sin poder marcar. En junio de 2011 repitió el procedimiento: Declaraba su amor incondicional por Lanús ante los micrófonos, mientras en la mesa de negociaciones exigía para firmar sumas impagables para el mercado local, y que además de las arcas del club se abonara al dueño de su pase, el Al-Ain, una alta suma en concepto de resarcimiento. En eso estaban cuando llegó la oferta de Tijuana que inmediatamente aceptó, no sin antes declarar que la culpa era de los dirigentes de Lanús que le ofrecían a los árabes “chaucha y palitos”…
Luego de una aceptable campaña -12 goles en 34 partidos- en la operación retorno -que siempre lleva a cabo mientras un colega está ocupando el lugar que él pretende- el procedimiento engañoso se repitió. En la última reunión mantenida con el presidente granate, la exigencia del Pepe que tanto ama a Lanús, al punto de no querer vestir otra camiseta en la Argentina que no sea la granate, fue de 2.450.000 dólares, de los cuales 750.000 debían ser depositados de manera inmediata en un paraíso fiscal del Caribe, lo que configuraría un delito de evasión penado con cárcel para quien se hiciera cargo de semejante dislate. Al final firmó con Racing Club, vaya uno a saber en que términos y condiciones, por 2.400.000 dólares en billetes  En esta ocasión, mientras negociaba con Russo y aprovechando la por entonces incierta continuidad de la Unidad política que finalmente se consagró con la fórmula Alejandro Maron-Carlos Monje, el inefable “ídolo” declaró: “Nicolás Russo no quiere que yo juegue en Lanús, por suerte, en diciembre vuelve Maron y ahí sí voy a pegar la vuelta".  
Es sabido y probado que los jugadores han tomado por asalto el fútbol. Para imponerse contaron con la inestimable ayuda de la televisión, que transformó un partido de fútbol en un evento para que consuman millones de espectadores, aportando grandes sumas que en su mayoría van a parar a los bolsillos de los players, mientras los clubes siguen sumidos en el desorden y la bancarrota. Y por sobre todo contaron con el respaldo del espectador común, sentimental, candoroso y agradecido, que a los mejores suele permitirle todo, aunque con los mediocres suele ser despiadado y feroz.
Lanús creció de manera vertiginosa en los últimos años, y se convirtió en una mega economía que funciona sin fisuras, al menos hasta hoy. Creció tambien en el aspecto deportivo hasta planos inimaginables no muchos años atrás: Campeón Apertura 2007, participante habitual de los torneos internacionales, uno de los cuatro mejores promedios de la última década, codo a codo con Boca, Vélez y Estudiantes. Todo esto se hizo luchando sin cuartel contra las exigencias de ídolos como el Pepe Sand, o el propio Diego Valeri, formado en la institución desde niño, que trataron de doblegar un estilo de conducción cauto y medido apoyándose en el cariño de la gente. Aunque no lo lograron, bien vale recordar el gesto del ignoto Néstor Canevari, que nunca fue ídolo de la institución, al menos hasta ahora.