Por el profesor Alejandro Chitrangulo
Producto del modelo que reproducen medios de comunicación masivos hacia los cuerpos atractivos, no nos sorprende que una parte de nuestra sociedad se lance a la búsqueda de una apariencia física idealizada. La exposición de modelos de cuerpos hermosos está determinada en las últimas décadas por una compulsión a buscar una anatomía ideal, determinando, sobre todo en las mujeres jóvenes, un aumento en los trastornos de la alimentación como la anorexia nerviosa y la bulimia. Ese proceso tiene un impacto negativo sobre la autoimagen de las mujeres que se sienten obligadas a tener un cuerpo delgado, atractivo, y de aspecto juvenil. Una imagen corporal negativa puede determinar la aparición de una baja autoestima y depresión, o sea, sufrimiento.
Producto del modelo que reproducen medios de comunicación masivos hacia los cuerpos atractivos, no nos sorprende que una parte de nuestra sociedad se lance a la búsqueda de una apariencia física idealizada. La exposición de modelos de cuerpos hermosos está determinada en las últimas décadas por una compulsión a buscar una anatomía ideal, determinando, sobre todo en las mujeres jóvenes, un aumento en los trastornos de la alimentación como la anorexia nerviosa y la bulimia. Ese proceso tiene un impacto negativo sobre la autoimagen de las mujeres que se sienten obligadas a tener un cuerpo delgado, atractivo, y de aspecto juvenil. Una imagen corporal negativa puede determinar la aparición de una baja autoestima y depresión, o sea, sufrimiento.
Investigando a 11.315 adolescentes de Noruega, con el Test de Actitudes de Alimentación, investigadores verificaron que los trastornos de alimentación (anorexia y bulimia) estaban influidos por factores como la adopción de ídolos con cuerpo perfecto, generando un sentimiento de insatisfacción corporal, depresión y ansiedad que puede desencadenar en estos trastornos. Posteriormente los científicos examinaron 234 universitarios (155 mujeres y 79 hombres) evaluando la relación entre la depresión y los problemas de alimentación, en este estudio se verificó que la depresión era alta entre los sujetos que tenían imagen corporal negativa y que atribuían una gran importancia a la apariencia física. Para éstos, no controlar la dieta era el principal factor determinante de culpa y depresión.
En un estudio realizado recientemente se entrevistó por teléfono a 2.020 adultos, con edades entre 18 y 90 años, para verificar la consecuencia negativa de la obesidad sobre la salud mental y si las consecuencias negativas son producto de la falta de ejercicio. Los resultados mostraron que la obesidad no causa depresión en distintos niveles sociales, con excepción del grupo de alto nivel de educación. El obeso tiende a realizar más dietas que los que no son obesos. La mujer de nivel intelectual superior realiza más dieta que los sujetos obesos de otros niveles intelectuales. El obeso está más preocupado por su estado de salud causado por la falta de ejercicios que el resto de las personas.
La edad y el cuerpo La edad es una variable importante para la forma como el ser humano se percibe a sí mismo y es percibido. Aunque la cultura contemporánea asocie la vejez con la pérdida de la salud y de la actividad, un significativo número de personas mayores mantiene la salud y la capacidad física durante la mayor parte de su vida.
Una capacidad física endeble hace que el sujeto se perciba más viejo y sea percibido de esta manera por los demás. Sin embargo, si bien, no ha sido comprobado que el ejercicio prolongue la vida, sus efectos sobre el aparato inmunológico pueden prevenir enfermedades e influir en la calidad de vida del adulto mayor.
Efectos sociales y culturales del ejercicio sobre la imagen corporal El fenómeno del Fitness es una construcción de las sociedades industrializadas, ya que la mayor parte de las personas que asisten a los gimnasios provienen de los sectores medios hacia arriba. Existe un aumento en poner énfasis en el cuerpo (sexualidad, seducción, etcétera).
Sentirse bien con el propio cuerpo producirá un efecto general de bienestar. Desde este punto de vista la estima corporal y la autoestima están relacionadas. Resultados de investigaciones, consideran que diversos factores psicológicos y psicosociales pueden influir sobre la circunferencia de la cintura humana. Bajo condiciones de stress las respuestas neuroendocrinas y endocrinas llevan al incremento de la gordura visceral. El aumento del grosor de la cintura fue encontrado en varias personas con altos niveles de depresión y ansiedad. De alguna manera, la circunferencia de la cintura es un importante factor para el autoconcepto corporal. La redondez de la cintura puede ser una motivación importante para el cambio de conducta en la alimentación y la participación en un programa de ejercicio físico.