Lanús tiene algunas cámaras de seguridad -nunca se pudo saber cuántas- diseminadas por el distrito, que envían la información a un Centro de Monitoreo municipal, que no tiene protocolo para actuar.
Había circulando un Manual del Monitorista que a su vez había sido adoptado por el gobierno de Santiago del Estero para funcionar como protocolo de los sistemas de protección ciudadana de los municipios santiagueños, pero fue dejado de lado en el centro de monitoreo local que sigue trabajando sin protocolo ni cursos de capacitación para los empleados que efectúan esta labor.
Omar José González elaboró este manual que en 30 páginas indica cómo y qué se debe “observar” en las pantallas que transmiten las imágenes que toman las cámaras de seguridad callejeras y que, según lo manifestado, sería adoptado en el sistema municipal. Pero no se les entregó a los empleados del centro de monitoreo ni se les dio cursos al respecto, sino que se desechó directamente porque “el libro llegó a manos de la prensa y no tendría que haber salido de aquí”. Estos conceptos habrían sido vertidos por Mariano Amore (foto) secretario de Seguridad Ciudadana, que se enojó mucho cuando el texto fue mencionado por Marta Santos, una de las primeras personas en acceder a él, en su programa radial. Aparentemente Amore fue secundado en su reclamo por el director del sector, Javier Cavallaro, quien está citado en el manual como uno de los colaboradores de la edición.
En su prólogo Eloy Emiliano Torales, del Ministerio de Justicia y DDHH de la Nación, indica que el texto “suplirá la inexistencia de bibliografía similar y creará profesionales que logren una verdadera labor preventiva en beneficio de nuestra sociedad”. Pero según González -que presenta en su currículum varios antecedentes de capacitación y trabajo en el sector, como perito en imagen y sonido y docente en investigación judicial- el manual “no va a ser utilizado en Lanús porque se enojaron cuando tomó estado público”.
Esto contradice lo expuesto por Amore en el programa de Santos cuando, al ser consultado al respecto, afirmó que se usaría en la sala de monitoreo y que los cursos podría darlos el mismo González, que está contratado como chofer en la patrulla municipal y reside en Lanús.
Algunas voces dicen que Cavallaro “se puso celoso” de su empleado y que Amore “no puede aceptar que González se haya cortado sólo, sin pedir su consentimiento para lanzar el libro, porque eso le resta protagonismo y demuestra que hay otros que saben más que él”.